El Ermitaño

Cuenta La leyenda que corría el año 1969, cuando comenzó a ser visto por este lugar hasta quedarse a vivir aquí casi 28 años de su vida, se construía sus propios refugios de invierno o de verano, donde dormía. El sustento diario lo obtenía de los choferes de camiones y buses que siempre le socorrían, ya que era parte del paisaje y fiel centinela que oleaba el camino y que seguramente reconocía a quienes transitaban regularmente por el lugar.

Muchas son las historias que de él se relatan, sobre su identidad algunos cuentan que era un médico que viajaba a su hogar, en el lugar donde hasta su último día vivió se detuvo en su automóvil, grande fue su descuido al no dejarlo enganchado provocando un desenlace fatal, ya que su familia dormía dentro del automóvil. Debido a este accidente y su sentimiento de culpabilidad, Juanito comenzó a deambular en el sector sin llegar a perder su cordura. Otros cuentan que fue un maestro que enloqueció por sus sueños que nunca logró cumplir. Cual será su verdadera historia, nadie lo sabe, hoy ya no está entre quienes le veían y lo buscaban con la mirada al pasar, pero Juanito sigue viviendo en el recuerdo de muchos que lo vieron y perdurará su recuerdo en el tiempo convertido en una leyenda más de Llay-Llay.