La Mina el Sauce

Dibujo de Ana Mena 12 años
Dibujo de Ana Mena 12 años

Cuenta la leyenda que hace muchos años atrás, un joven minero salió a recorrer toda la zona central, caminó por la costa y la cordillera. Durante muchos años buscó oro, plata o cobre. Cansado y viejo regresó a su pueblo de origen Llay-Llay, entonces se detuvo por un momento bajo la sombra de un sauce ubicado en Parrales. El minero se quejaba y lamentaba que su vida hubiera sido un fracaso, entonces una figura que apenas podía ver, salió detrás de un espino y lo invitó hacer un pacto. El minero como ya no tenía nada que perder, aceptó entregar su alma. Cortó una espina del árbol y pinchándose su mano escribió con sangre en el tronco del espino “Yo entrego mi alma a cambio de oro o de plata que pueda disfrutar por cincuenta años.”

La figura sin rostro le indicó que al frente del sauce, en el cerro, vería brillar un portal y allí debía comenzar a picar.

El minero así lo hizo y encontró lo que tanto buscaba. El tiempo pasó, él era un hombre muy rico y como ya faltaban cinco años para que se cumpliera el pacto, fue al espino y buscó en el tronco la inscripción de pronto en la resina y sabia del árbol se veía su nombre escrito con sangre. Entonces pensó en cortar el espino para salvarse; buscó un hacha y empezó su tarea, las ramas del sauce que le habían dado sombra años atrás, le indicaban que no lo hiciera, pero el minero hizo caso omiso de ello y siguió cortando, de pronto una espina del tamaño de una mano se cortó y le atravesó el corazón. Cuenta la gente que desde ese momento es más difícil encontrar el preciado mineral y dicen que por las noches una sombra con una espina atravesada en su pecho traslada el mineral a otro lugar.